vendredi 15 août 2008


"La debilidad y la impaciencia no logran nada. Únicamente quien posee fortaleza domina su destino, pues merced a su seguridad interior es capaz de aguardar. Esta fortaleza se manifiesta a través de una veracidad implacable. Únicamente cuando uno es capaz de mirar las cosas de frente y como son, sin ninguna clase de autoengaño ni ilusión, va desarrollándose a partir de los acontecimientos la claridad que permite reconocer el caminar hacia el éxito. Consecuencia de esta comprensión ha de ser una decidida actuación perseverante; pues sólo cuando uno va resueltamente al encuentro de su destino, podrá dominarlo. Podrá atravesar las grandes aguas, vale decir, tomar una decisión y triunfar sobre el peligro."

(Hexagrama cinco, Hsü, La espera. I Ching, El Libro de las Mutaciones)