He escrito y re-escrito esta historia ya perdí la cuenta cada vez.
Quizás sólo deba decir que antaño odiaba a los gatos, que después los amé y que luego llegó uno que cumplió un gran deseo mío, en una noche entre el sueño y la soledad.
Y quizás en esta misma historia -en singular- también asome el deseo.
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