vendredi 9 novembre 2007

Chapitre II: Olot




Cómo evitar la angustia que se siente detrás de ese paisaje maravilloso de casas e iglesias medievales en medio de una campiña verde verde que se ve a través del vidrio, ese mismo vidrio que empañó el aliento de dos seres que antes concibieron la vida y ahora se devoran vivos ante la mirada impaciente, intranquila, y casi impertérrita de un observador que de pasada traga el humo de un cigarrillo que no es el suyo, que de pasada quisiera ser bálsamo para cicatrizar algunas heridas, que de pasada encuentra respuestas en una conversación sobre el arte, la inspiración, y el viento, que de pasada ve un rostro que antaño limpio se constriñe ante el reloj y se transforma en un monstruo niño que quiere huir muy lejos pero que está atado a una manito que con sólo un año de vida tiene la fuerza para encerrar un mundo de creación en una mano que ahora se dedica a borrar lo que pinta o a descansar sobre la promesa futura de un lugar, un estudio, un atelier que se transforma en el paraíso perdido, que de pasada vuelve en esas horas de tránsito cuando los árboles y las casas pasan rápido al otro lado de ese vidrio que sabes, es sólo de pasada.


(PD: ¡Igual de pasada se me quedó el pijama!)

2 commentaires:

Karla Ruiz a dit…

jeje, ahora me di cuenta de que podía comentar! Al leer lo de Olot, me fue inevitable pensar en una frase que alguna vez leí de no se qué pooeta,hay veces que uno debe cambiar el paraíso, aunque el que dejes esté ya perdido, hay que cambiarlo, al fin y al cabo ¿no es eso lo que hicieron Adan y Eva?...
Escríbeme de ti. besos y besitos! Ah! hoy Santiago está como a ti te gusta mi linda..el día es en tu honor! Karla y truji.

A.-* a dit…

Mara!!! Me encanta como relatas tus experiencias... Esto es taaan... Una historia de esas que me encantann...
Cuídate Mara!! Muchos besos y abrazos!