jeudi 22 novembre 2007

CHAPITRE III: BENVINGUT BARCELONA


Gran ciudad, la “Carcelona”, como la llaman Esteban y Claudio, nuestros anfitriones. Conocimos los barrios de los trafica y las putas, anduvimos por bares donde se juntan los vecinos, la playa estuvo increíble, el Mediterráneo es demasiado salado, me dolían los ojos. La repre de las policías, 200 euros de multa por escupir en la calle, y mear también!!! No se puede tocar guitarra en la calle pues te la quitan. En la noche hacen limpieza en la ciudad y pasas por calles hediondas y mojadas. Todos los bares llenos, llenísimos, pucha que nos costó encontrar uno decente pa’ entrar! La casa Ocupa, hermosa (no es la de la foto -no es que ésa sea fea...), en el barrio cuico de Barcelona, los chicos están bien organizados y la tienen súper linda, desde los balcones se ve toda la ciudad!!!! Increíble la organización de los habitantes, todo lo reciclan, muebles, comida, todo. Hicimos un asadito y estuvimos comiendo carne hasta el otro día (mi moderación con el alimento animal fue bienvenido y oportuno, pues habían hartos carnívoros!!) Los libros ni tan baratos pero de todas formas los precios más convenientes que en Chile (no es muy difícil). Gaudí, un maestro, se apoderó de la ciudad!!!! Por ahí nos contaron que murió atropellado! Qué paradójico, la ciudad a la que dio vida también lo mató. La Sagrada Familia de noche sin poder entrar estuvo bien… caminar en la calle con los ojos cerrados fue un desafío, pero finalmente los tres pudimos hacerlo (Karlos, Karin y yo). Buen ambiente, excepto en las ramblas, que son apestosas, llenas de turistas, gringos que gritan, y habitantes de la ciudad haciendo los más diversos números para ganarse una moneda (por supuesto, la infaltable foto con la estatua humana, que habían por montones). La plaza Colón, qué asco, le tienen un monumento a ese personaje!!! El Barrio Gótico, increíble sus callecitas estrechas, y de repente te topas con música, inevitable quedarse a escuchar, venden sus discos para los turistas; tienen que postular y conseguirse un permiso municipal para tener un lugar, y por un tiempo determinado, ves los instrumentos más raros y extravagantes, y los músicos, casi todos para el calendario, jejejejej. No visitamos el bar de Manu Chao debido a que nuestros anfitriones eran anti-manuchaístas (aunque Claudio declaró después que igual lo escuchaba…) La Plaza Real, el no-lugar, pues según cuentan es la copia exacta de una plaza de Ciudad de México que por supuesto, olvidé el nombre. Se respira mucho arte en cada esquina, los barcelonenses o como se diga, son piola, gente normal, muchos jóvenes, escuché a varios chilenos en la calle. ¿Volvería? Por supuesto que sí!!! Para buscar la hierba de Bardana que sólo encontré allí y para llevarle un pisco a nuestros anfitriones, que estuvieron de maravilla!

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